26 mayo 2009

Izaskun Bilbao en El Foro Nueva Economía

Introducción

Gracias al foro Nueva Economía por invitarme y a ustedes por dedicar parte de su tiempo a compartir unas reflexiones ante las elecciones europeas. Lo hacemos con el activo de ser la única opción vasca que va a llegar a la eurocámara y la vocación de representar legítimamente en ella los intereses de vascas y vascos, piensen como piensen. Estamos avalados por una larga tradición europeista y convencidos de que solo una Europa sólida ofrece garantías para enfrentar los grandes retos que nos plantea la globalización, como la actual crisis financiera y económica, el futuro energético del planeta, el cambio climático, los movimientos migratorios o la paz y la seguridad. Nuestra posición es pues, netamente favorable a una unión con todas las consecuencias.

Algunas de las encuestas que se manejan sobre estas elecciones anticipan un elevado índice de abstención. La ciudadanía considera la unión un proyecto tan complejo como alejado de sus interese y preocupaciones cotidianas. No percibe un liderazgo claro ni es capaz de identificar agentes, personas concretas, que, desde su propio estado se dediquen a la política continental.
Las respuestas a este diagnóstico parecen estar en la ratificación del tratado de Lisboa y su entrada en vigor. Está previsto un parlamento europeo con más poder, con capacidad de decisión sobre los presupuestos y los grandes temas, que elija al presidente de la comisión y controle sus decisiones. Una presidencia reconocible, que se postule en las elecciones europeas como ocurre con las elecciones de cada estado sin duda permitirá visualizar el liderazgo que ahora está desaparecido. Ambas aportaciones parecen claves para acercar y mejorar la legitimidad que tienen las actuales instituciones europeas.

Sin embargo, y aquí está la primera paradoja, en España PP y PSOE plantean estos comicios como unas primarias y elaboran sus campañas en clave interna y tal planteamiento no parece que mejore la participación y es cuestionable desde el punto de vista democrático.

El cuerpo electoral vive un vertiginoso cambio sociológico que está transformando su cultura relacional y política. Ese cambio también explica el incremento de la abstención que, paso a paso se instala en casi todas las elecciones. Federico Mayor Zaragoza sostiene que vivimos en la sociedad del nosotros, un concepto que se construye con una participación mucho más profunda que la que supone votar cada cuatro años.

La idea de la Democracia deliberativa ya no es una utopia. Las tecnologías de la información y las comunicaciones han derribado muchas de las barreras que permiten enriquecer la democracia representativa.

Innovación política.

Por eso quiero iniciar esta reflexión con una aportación sobre la necesidad de innovar la política. En el siglo XXI, en el mundo global que viene, la propaganda, la comunicación unidireccional y los modos y lenguajes tradicionales del juego electoral son ya pasado.

Tenemos enormes oportunidades de mejora en el conocimiento organizado que hay en la sociedad. Compartir el poder significa poner a deliberar ese conocimiento con nosotras y nosotros, los que tenemos la misión de representar la voluntad de la ciudadanía y definir la posición que podríamos llamar "bien común". Solo que en el proceso de elaborar las opciones es ya obligatorio abrirse de un modo mucho más decidido a la participación. No preguntar "si" o "no". Vamos a acostumbrarnos a cooperar, a incorporar otros agentes al quehacer público. Palabras como "corresponsabilidad" y "escuchar" son las señas de identidad de las y los políticos del futuro.

Si tuviese que resumir diría que se trata de aplicar las técnicas de gestión del conocimiento que han incrementado la competencia y la excelencia de las empresas más avanzadas al trabajo político. Durante mi etapa como presidenta del Parlamento trabajamos bastante en este ámbito, generamos herramientas y modelos de gestión para poner en marcha estas ideas que tuve la oportunidad de presentar en este mismo foro. Con el tiempo y la experiencia hemos formulado un decálogo sobre innovación politica:

1.- HUMANIZAR. Hacer con y para las personas

2.- ESCUCHAR. Crear complicidades, relaciones constructivas

3.- ACERCAR. Abrirse a la sociedad con transparencia

4.- COMPARTIR. Trabajo en red sobre procesos de decisión

5.- CORRESPONSABILIZAR. Implicar con participación

6.- SIMPLIFICAR. Mejorar la organización y los lenguajes

7.- INTEGRAR. Nuevos liderazgos, horizontal, femenino

8.- EVALUAR. Medir resultados para mejorar.

9.- COOPERAR. Aprender con humildad de los demás.

10.-ARRIESGAR. Para transformar y avanzar.

Ser consecuente con esta apuesta le viene bien a la Democracia. Cargará de legitimidad nuestras decisiones y nos ayudará a mejorarlas. Es la clave de la política del futuro y un procedimiento seguro para generar confianza.

(Mañana publicaremos el resto del discurso de IBB